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Lucero por siempre
Crónica de la muerte de un hijo
La muerte de un hijo siempre es una sinrazón, nunca va a tener lógica ni justificación. Se “supone” que los jóvenes no mueren y cuando esto ocurre aparecen el enojo y los cuestionamientos; el piso deja de existir y el mundo se vuelve pedazos.
Alejandrina Martínez, nuestra autora, vivió en carne propia la muerte de su hija, provocada por un accidente. Ella nos narra de manera sencilla su historia; la angustia que empezó desde que Lucero, su hija, no llegó a casa a la hora convenida; y las muchas experiencias que tuvo que vivir; y con una actitud solidaria y hermosamente humana nos enseña que es posible seguir a pesar del dolor, que es posible volver a reír y que aunque nuestra vida cambie para siempre, es posible retomarla. |